Juan Pablo II criticó a los padres que renuncian a su papel y " se proponen como simples amigos de sus hijos, renunciando a corregirlos cuando es necesario" y tambien a los padres que cada vez pasan más tiempo fuera del ámbito familiar.
Para el Santo Padre, " las uniones libres amenazan a la familia, debido a que están basadas en la precariedad y en la ausencia de un compromiso irreversible, que implica derechos y deberes y el respeto de la dignidad del hombre y de la mujer. No constituyen una alternativa jurídica auténtica al matrimonio. Cuando las uniones libres reivindican el derecho a adoptar niños, muestran que desconocen el mayor bien de los menores, así como las condiciones mínimas que les deben dar para su educación.
Sobre la unión libre entre homosexuales constituye una deplorable distorsión de lo que debe ser la comunión por amor y de vida entre hombres y mujeres, un don recíproco abierto a la vida.
Resulta aberrante el derecho a conceder a estas uniones la adopción de niños.
El Papa , rechazó tambien " el presunto derecho a la paternidad o maternidad a cualquier precio" y la realización para ello de "manipulaciones genéticas" que no son lícitas desde el punto de vista moral".
Juan Pablo II criticó enérgicamente todos los ataques contra el valor irremplazable de la familia
fundada en el matrimonio y bien fundamental para la sociedad, proponiendo falsas alternativas y exigiendo su legalización.
JUAN PABLO II, EN LA DECIMOCUARTA ASAMBLEA DEL PONTIFICIO CONSEJO PARA LA FAMILIA
(*)FOTOGRAFÍA DE LA JORNADA MARIANA DE LAS FAMILIASEN TORRECIUDAD
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